A principios del 2020 elegí Navarra como destino para hacer una ruta por sus extraordinarios paisajes. Allí, me encontré con la preciosa villa de Areso y me alojé en la Casa Rural Sastizar donde conocí a Ainara, su marido Eduardo y sus tres encantadores hijos que dan vida a este lugar de cuento.
Ainara es una persona cálida, auténtica y carismática que no deja indiferente a nadie. Sus palabras, su presencia y su verdad fueron parte de mi experiencia y aprendizaje en aquel viaje. Nunca olvidaré la sabiduría de esta mujer que hoy comparte con nosotros.
Eskerrik asko Ainara

Ainara, antes de nada, me gustaría preguntarte cómo habéis vivido la pandemia en la casa Sastizar.
La pandemia ha marcado un antes y un después para toda la humanidad. Cuando llegó el confinamiento al caserío se paralizó todo, las reservas se anularon y ante la poca conciencia de lo que nos venía encima tuvimos un breve momento de miedo y bloqueo. Pero, enseguida nos vino una sensación de querer entender lo que la vida nos decía y nos quedamos atentos para recibir y sentirnos en ese cambio.
Sin duda, fue un tiempo de reflexión, era una situación que estaba muy por encima de nosotros, como todo en la vida, pero esta vez, éramos más conscientes que nunca.
Aprovechamos ese tiempo para disfrutar de este espacio de otra manera que nunca habíamos sentido. Nos preparamos con bastante fuerza para mejorar el caserío y sus exteriores. Mantuvimos nuestra ilusión con el deseo de presentarnos después de la cuarentena.
Entendimos que la seguridad sería la prioridad para nuestros clientes. Así que modificamos el estilo de reserva a un establecimiento de alquiler íntegro, en lugar de por habitaciones, como era antes. De esta forma se podrían reunir personas que llevaban mucho tiempo sin verse, evitando el contacto con otros huéspedes.
Ha sido una experiencia muy buena en la que hemos visto que han cambiado muchas cosas. La manera de entendernos y relacionarnos indica una nueva toma de conciencia a la hora de comunicarnos en esta vorágine de desconcierto.
Lo que importa ahora es la comprensión, el entendimiento, la apertura. Sin dejar de dar valor a ofrecer protocolos de seguridad, un plan de contingencias… Este momento requiere que estemos muy informados, con deseo de atender a lo pequeño y ofreciendo un trabajo de mimo con muchísimo amor.

Cómo fue iniciar un proyecto tan bonito como este y cuál fue el motivo principal que os animó a dar vida al caserío.
El dueño anterior ya tuvo una ilusión e hizo un gran esfuerzo por reformar un caserío del siglo XIX con muchísimo amor, entrega y fuerza. Ya había una energía para que este espacio físico pudiera estar preparado para acoger. Fue para él un proyecto de vida junto a su mujer e hija.
Nosotros teníamos un deseo de búsqueda, de querer vivir de otra manera. La naturaleza nos tiraba, pero había que prepararse. Mi marido lo tenía clarísimo y su sueño siempre había sido vivir en contacto con la naturaleza en un caserío. Pero el mío no y sentí muchos miedos y bloqueos a los que tuve que traer armonía y prepararme para decir:
«Es el momento de que nuestra búsqueda coja una fuerza tan grande como para que puedas realizar un esfuerzo y mantener ese nivel en el tiempo con todos los altibajos que suelen suceder».
En ese proceso de búsqueda nos topamos con Sastizar y no supimos muy bien quién había encontrado a quién. La sensación de estar en casa desde el minuto uno fue enorme. El antiguo dueño sintió lo mismo: éramos nosotros a los que nos debía de pasar el testigo.
Para un matrimonio con tres hijos no fue fácil. La vida se ocupó mucho para que todo el proceso se pudiera dar. La búsqueda y el deseo de compartir aquello que encontrábamos en Sastizar fue nuestra motivación.
La manera de estar, la manera de sentir, la manera de creer en lo que estás haciendo es lo que deseábamos compartir con las personas que viniesen a visitarnos.

Si decidimos pasar unos días allí, ¿qué esperamos encontrar?
Sastizar es un lugar lleno de energía que nos informa de cómo vivir, cómo escuchar, cómo atender, cambiar, evolucionar, mejorar, sentir… Cómo vivir sintiendo y haciendo, buscando una emoción. Cómo vivir en tu misión de vida.
Sastizar se prepara para encontrar un determinado ambiente desde lo más sencillo hasta lo más emocionante.
Además, nosotros vivimos aquí y le damos un valor, una energía, una manera. Nosotros nos impregnamos de nuestros huéspedes y viceversa. Ahora es diferente, pero siempre hay un seguimiento de su estancia y nos nutrimos juntos de este calor.
Esta semana hemos hablado en el Blog de Slow Tourism como actitud de viaje para ser turistas más responsables con el destino, ¿qué opinas de esta filosofía?
Creo en la necesidad de parar en la vida y creo que al ser humano le cuesta parar para encontrarse. El turismo es una manera de parar tu día a día para desconectar y conectar con otras cosas. Es una oportunidad tremenda para todos, es algo absolutamente necesario.
Desconectar, respirar, sentir, preguntarse, buscar resonancias… El turismo está lleno de respuestas. Te olvidas de todo lo anterior y viajas, descubres, conectas con la intuición.
Desde el instante en el que decides que quieres parar ya está sucediendo algo en ti.
Las personas al elegir su viaje se acercan a aquello que necesitan ver, que necesitan sentir, a aquello con lo que necesitan conectar. El turismo ofrece eso constantemente y da pistas de lo que les gusta, de lo que les llena y les enseña diferentes maneras de vivir.

En tu opinión, ¿cuál consideras que es el futuro del Turismo?
El que ofrece turismo debe ofrecer verdad. Yo no tengo que ofrecer algo que el cliente demande para hacer un negocio. Si yo creo en lo que hago y es mi verdad estaré ofreciendo la oportunidad a alguien para conocer una verdad parecida.
Creo en el turismo cuando el que ofrece compartir, lo hace desde la verdad y desde el sentir puro de su manera de vivir.
Viviré defendiendo ese tipo de turismo que nos nutre entre nosotros. Todo el que viene a Sastizar me aporta y me llena. Creo en los encuentros, creo en el compartir y creo en el turismo con verdad.
Hay mucha verdad para ofrecer. El que pueda transmitir algo sobre esto que lo haga, que comparta verdad, que comparta su energía…
Donde las personas se mueven hay apertura absoluta y estamos dispuestos a recibir regalos: los encuentros entre seres humanos. Somos uno, todos aportamos y todos nos aportan. Así imagino el futuro del turismo, así imagino el mundo y sus relaciones.
Por último, ¿Cómo definirías el alma de la casa Sastizar?
Sastizar para mí es un espacio en plena naturaleza con muchísima fuerza y expresa para el que viene lo mismo que les sucede a los que viven: un continuo cambio y apertura.
Es un lugar en constante movimiento, mejora y búsqueda de una nueva posición, de una nueva manera, de un nuevo sentir que es lo que nos sucede a nosotros mismos en nuestros procesos evolutivos. El lugar expresa por fuera lo que nos pasa a nosotros por dentro.
La vida aquí nos permite estar de esta manera, abiertos y cómodos con el cambio.
Nos sentimos protegidos, sentimos que pertenecemos a este lugar hasta hoy día y seguimos abiertos a que la vida nos diga cómo ha de evolucionar.
Una nueva oportunidad llegó recientemente para transferir el carácter y esencia de Sastizar al hostal Jai Alai que está a 4km del caserío. Sentimos que había que salir y ayudar a que nuestra energía floreciese allí. Estamos inmersos en este proyecto que vivimos como prolongación del caserío. La energía de los lugares se puede mover con una fusión y la verdad se expande.
Esto es todo lo que nos da Sastizar cuando decimos: sí, quiero. Cuando queremos crecer con verdad, con ilusión, con sencillez y humildad. Atendiendo a lo que la vida nos pide con mayor confianza en uno mismo y en el ser humano. Cuando nos juntamos podemos más que cuando estamos solos.
Entre todos hacemos del turismo una verdad creando muchas oportunidades de despertar a una manera de vivir en paz y haciendo el bien a la humanidad.
